Te voy a petar el culo con mi leche, ¿me oyes?

COMPARTIR:

Como un extraño mecanismo de defensa, mi mente se había quedado atrapada, incapaz de procesar que David me había empujado con todas sus fu...

Como un extraño mecanismo de defensa, mi mente se había quedado atrapada, incapaz de procesar que David me había empujado con todas sus fuerzas. Todavía no sentía el dolor que el golpe me dejaría cuando la tormenta por fin amainara. 

Bloqueado, mi instinto me levantó del suelo casi como si levitara, casi como si nunca hubiese caído. 

        — ¿Eres gilipollas?—le dije mientras llevaba la mano hacia su hombro.

Pero David se giró, y como si se defendiera de un ataque, me respondió regalándome un puñetazo en el ojo derecho.

Y otra vez volví al suelo cuán castillo de naipes movido por un soplo de viento.

Rabioso, sin pensar en nada, volví a ponerme en pié.

David estaba delante de mí, esperándome en posición defensiva, dispuesto a devolverme el golpe que pretendía propiciarle en cuanto consiguiera avanzar el escaso metro que nos separaba.

Cuando ves odio en los ojos de quién confías, cuando sientes rabia en la piel de quién aprecias, cuando percibes cómo el asco se apodera de quién sientes especial, el mundo, simplemente, se destruye ante tus ojos como si un poderoso huracán arrasara con todo tu mundo en cuestión de segundos mientras la impotencia te domina, el miedo te paraliza, y la incredulidad no te deja reaccionar. Al menos no con la cabeza, pues el cuerpo, actuando por libre, tenía claro que la rabia que ahora sentía debía salir por alguna parte.

Sin ser consciente de lo que estaba pasando, ni el por qué, de repente me estaba peleando a puñetazo limpio con a quién solo deseaba besar. Mis puños impactaban con todas mis fuerzas sobre la cara que antes besaba, sobre el abdomen que antes recorría con mi lengua, sobre los gruesos y sensuales labios que antes mordisqueaba.

¿Cuándo, cómo y por qué llegamos a perder el control?

Insultos, golpes, y decepción, manchaban una noche que había prometido ser especial. Especial por mí encuentro con Khaled. Especial por mí no encuentro con David. Especial porque cumplía dieciocho años y lo pretendía celebrar a lo grande.

Cuanto más lo golpeaba, más me golpeaba él.

        — ¡Para! ¡Para, joder!—grité mientras, pegado a mí, David me embestía con sus puños.
        — ¡Te mato hijo de puta! ¡Te mato!
        — ¡Qué pares ya! ¡Gilipollas!

Y lo empujé con todas mis ganas buscando alejarlo de mí, pero su fuerza de toro salvaje que tanto me había cabalgado en su coche ahora se negaba a darse por vencido.

En guerra, estábamos luchando a muerte sin saber para qué. Sin saber cuál iba a ser el premio para quién se proclamara ganador. Sin saber el castigo para quién perdiera. 

        — ¡Joder, para, David, para!

Lo sujeté por la cabeza, y conduciéndolo hacía mí, le di un rodillazo en la cara. Entonces David se tambaleó, y la sangre comenzó a brotar con fluidez desde su nariz. 

        — ¡Joder!—exclamé mientras me acuclillaba ante él.
         — ¡Déjame!
        — ¡Ya está, tío! ¡Joder, ya está!—grité, nervioso.

Verlo débil y sangrando me rompió el corazón.

No, yo no quería que esto pasara. Yo no quería que lo nuestro terminara de esta manera.

        — ¡Lo siento, tío! ¡Joder, lo siento!—dije con el corazón en un puño.

Lo sentía, lo sentía mucho.

Sentía haberle engañado. No haberle contado que de verdad me gustaban los tíos. No haberle contado que follaba con otros mientras le hacía creer que solo lo hacía con él. No haberle contado que otra persona también era especial en mi vida.

Sentía mucho haber empezado esta batalla campal donde ambos perdíamos sin ganar absolutamente nada. Sentía mucho que mis manos hubiesen provocado los moratones que estaban por llegar. Sentía mucho que su sangre, roja y espesa, saliera disparada hacia el suelo. 

Sí, sentía mucho que su sangre machara ahora mis manos.

        — ¡Somos gilipollas, tío!

Me acerqué a taponar su nariz con un clínex, y aunque tuvo el amago de alejarme, finalmente aceptó mi ayuda y mi presencia. Devastado y vulnerable, solo deseaba abrazarlo.

        — ¿Vamos al médico?—dije, preocupado.
        — ¿Y le decimos que nos acabamos de dar una paliza?

Reímos.

        — Lo siento, tío—y llevé la mano hacia su hombro.
        — ¡No me toques!—exclamó, volviendo a dedicarme una mirada repulsiva.
        — ¡Tío, déjalo ya!
        — ¡No puedo creer que seas maricón! ¡Me das asco! ¡Me das asco, James!—concluyó elevando el tono de voz.
        — No te daba tanto asco cuando tenías mi rabo en tu culo.

Y me levanté, cabreado.

No entendía su actitud. Su odio, su asco, su rechazo. No, no lo entendía.

Decepcionado, me fui, dispuesto a dejarlo solo, sin embargo, cuando ya había abierto la puerta del portal David me abordó por la espalda. Entonces me empujó contra la pared, con los ojos envueltos en rabia, y más odio.

        — Yo no soy como tú. No soy un puto maricón—susurró, consciente del eco que producía el silencio.
        — ¡Qué te follen, David!
        — ¡Qué te follen a ti, James!
        — ¡Suéltame!

Sus manos me sujetaban contra la pared mientras sus ojos se clavaban en mí, iracundos.

        — ¡Suéltame, gilipollas!—repetí, intentando alejarlo de mí.

Forcejeamos durante segundos. Yo para escapar de él. Él para evitar que me escapara. Entonces su mano fue directa a mi garganta, y presionando levemente sentí que en cualquier momento comenzaría a notar la falta de aire.

Pero me soltó, me soltó para llevar su boca a mi boca y besarme con rabia.

Luego me dio la vuelta, y aunque intenté escapar su cuerpo se hizo con el control de mi cuerpo. Sus manos me bajaron el pantalón con fuerza, y en solo unos segundos mi culo estaba expuesto y desprotegido, y su rabazo, grande y gordo, me perforaba con violencia.

Me puso a mil.

Su boca se aproximó a mi cara y su vaho caliente me envolvió el rostro mientras su cuerpo, unido al mío, forzaba que su pollón entrara contra todo pronóstico en mi agujero.

Gemí.

Y su mano me tapó la boca.

Y su rabo entró un poco más en mí.

Dolor, placer, morbo y excitación, se unieron en cuestión de segundos en el portal de mi edificio en tanto David me follaba despacio pero con rabia. Sus embestidas eran fuertes y directas a pesar de hacerlo con calma, como si necesitara follarme duro y suave. Como si me odiara, pero me amara. Como si el frío más helado se uniera con el calor más intenso en medio de una explosiva mezcla.

        — ¿Esto es lo que te gusta, eh?—susurró, irascible.

Y volvió a clavarme su pollón.

Mientras con una mano tapaba mi boca, con la otra buscó mi rabo para menearlo con el mismo ritmo fuerte y suave que usaba para penetrarme.

        — Sí, esto es lo que te gusta—se respondió justo antes de embestirme nuevamente con fuerza. Con tanta fuerza que sentí que podría desgarrarme en cualquier momento.

Me tenía tan controlado con sus manos, con su cuerpo, y con su polla, que no podría haber escapado de sus garras aunque quisiera hacerlo.

Pero no, no quería. 

        — Te voy a petar el culo con mi leche, ¿me oyes?—advirtió, amenazante.

Y asentí mientras humedecía una de sus manos con mi vaho, y la otra con mi precum.

Cachondo, estaba muy cachondo.

A oscuras dentro de mi portal, sus embestidas aumentaron en fuerza y ritmo mientras la luz volvía indicando que alguien se acercaba. El ruido de uno de los ascensores no dejaba duda alguna, alguien estaba bajando, desde algún piso, hacia nosotros.

Pero David cumplió con la amenaza de petarme el culo con su leche. Y no solo eso, sino que dejó su rabazo, grande y gordo, dentro de mi culo mientras la mano que antes me golpeaba ahora se encargaba de menearme la polla en busca de mi leche.

Me corrí, me corrí ahogando mis ganas locas de gritar y expresar el placer desorbitado que recorría mi cuerpo.

Nos separamos, nos subimos los pantalones, y nos quedamos recuperando la respiración mientras mi vecino del quinto nos miraba con extrañeza. 

        — ¿Todo bien, James?
        — Sí, sí. Tuvimos un problemilla, pero todo bien—dije tras recordar que nos habíamos dado una paliza, y que si mi cara estaba como la de David, difícilmente pasaríamos desapercibidos.

Una vez pasada la tensión de la pelea, y con la relajación absoluta del polvazo, el dolor de los golpes empezaba a darme la bienvenida: la espalda, la cabeza, la cara, y ahora también el culo. Tenía la sensación de haber sido arrollado cruelmente por un tren, o por una serie de siete u ocho trenes.

        — ¡Tú vecino ha flipao!

Reímos.

David había cambiado su mirada de rabia por una compasiva y tierna. Entonces llevó su mano hasta mi cara, y me acarició con extremada delicadeza la zona del ojo derecho.

        — Se está poniendo negro—dijo, apenado.
        — Tú también tienes buena pinta.

Sonrió.

        — Perdóname James. Soy experto en cagarla—pausó brevemente—, ¿de verdad eres gay?

¿Cuántas veces debe salir uno del armario a lo largo de su vida? ¿Una vez por persona? ¿Llegas a llevarlo mejor con la práctica? Los gays siempre tenemos este problema. Para aquellos afeminados, salir del armario, no es problema. Sin embargo deben sufrir el acoso y los insultos desde niños. Por el contrario, para quiénes somos masculinos, la sociedad da por hecho que debemos ser heterosexuales, y no serlo, siempre genera controversia.

Debía decirle sí. No podía no decirle sí, pero las palabras se me habían atragantado.

        — Sí, no sé, supongo.
        — Veo que lo tienes claro.

Reímos.

        — Yo pensaba que te pasaba como a mí, que nos van las tías pero lo pasamos bien entre tú y yo.
        — ¡Y lo pasamos bien!
        — Sí, pero no sé, James. Te imagino con otro y… no sé.
  • [message]
    • ##check## ¡ADVERTENCIA!
      • Aunque son independientes, los relatos se complementan. ¡No te pierdas ninguno!

COMENTARIOS

BLOGGER: 12
Loading...

Nombre

|RELATOS|,79,69,1,acampada,1,anonimo,1,arabe,17,ascensor,2,baños públicos,14,bareback,8,BDSM,2,Blogger,1,cacaneo,1,cibercita,1,colegas,2,coño,1,corrida,2,corrida precoz,2,corridas,5,cruising,21,culo prieto,7,David,14,desvirgando,1,discoteca gay,2,doble penetracion,4,dunas de maspalomas,2,Facebook,1,fiesta,1,follando borrachos,1,gimnasio,1,guiri,1,hetero,3,hetero con novia,2,italiano,3,jacuzzi,1,jóvenes,2,Khaled,3,lapos,1,leche,3,lefas,10,macarra,2,maestro,1,mamada,6,mamadas,6,morbazo,4,morbo,5,orgía,2,pajote,1,pajote en público,1,pajotes,2,Pillado,2,playa,1,playa nudista,3,pollón venoso,1,preñadas,15,primera vez,2,rabo venoso,7,runner,1,Samuel,4,sauna,1,secuestro,1,sexo,5,sexo anal,1,sexo duro,5,sexo entre primos,1,sexo heterosexual,3,trio,6,Twitter,1,vecino,2,virgen,1,
ltr
item
El Diario Sexual de James: Te voy a petar el culo con mi leche, ¿me oyes?
Te voy a petar el culo con mi leche, ¿me oyes?
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2uG4mQhMwCrpILYcw5oP8ME8WkU_DvnzBoWZ3NbieTI4uFhjuqKrI73vX2sE3ouPUCTFFcYVlKfJdMMHCLQQcK56Eve7BEjRYGDls9s0GjWvKo-XxTvABge8MIDAAjp7dczmf3UME1Wc/s320/lecheweblo-1.jpg
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2uG4mQhMwCrpILYcw5oP8ME8WkU_DvnzBoWZ3NbieTI4uFhjuqKrI73vX2sE3ouPUCTFFcYVlKfJdMMHCLQQcK56Eve7BEjRYGDls9s0GjWvKo-XxTvABge8MIDAAjp7dczmf3UME1Wc/s72-c/lecheweblo-1.jpg
El Diario Sexual de James
https://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/11/te-voy-petar-el-culo-con-mi-leche-me.html
https://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/11/te-voy-petar-el-culo-con-mi-leche-me.html
true
2034321977831019154
UTF-8
Cargar todas las entradas No se ha encontrado ninguna entrada VER TODO Seguir leyendo Responder Cancelar la respuesta Borrar Por Inicio PÁGINAS PUBLICACIONES Ver todo RECOMENDADO PARA TI ETIQUETA ARCHIVO BUSCAR TODAS LAS PUBLICACIONES No se ha encontrado ninguna entrada con lo que buscabas Volver al inicio Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Ene Feb Mar Abr Mayo Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ahora mismo hace 1 minuto $$1$$ minutes ago hace 1 hora $$1$$ hours ago Ayer $$1$$ days ago $$1$$ weeks ago Hace más de 5 semanas Seguidores Seguir ESTE CONTENIDO ES PREMIUM Por favor, compártelo para desbloquearlo Copiar todo el código Seleccionar todo el código Todo el código fue copiado a tu portapapeles Si no puedes copiar el código/texto, presiona [CTRL]+[C] (o CMD+C si usas Mac) para copiar