Me espera desnudo y a cuatro patas

COMPARTIR:

         — ¡No hables, no te muevas, no respires!         — ¡Pero qué pasa, Khaled!         — Por favor, James—dijo con miedo en su...


         — ¡No hables, no te muevas, no respires!
        — ¡Pero qué pasa, Khaled!
        — Por favor, James—dijo con miedo en sus ojos.
        — De acuerdo.
        — ¿Confías en mí?
   — Sí.
        — Da igual lo que oigas. Da igual lo que pase. No salgas.

Y se fue.

Me quedé debajo de la cama de invitados, solo, y asustado.

Preguntándome qué ocurría, debí permanecer en el más absoluto silencio mientras la puerta de su casa se abría tras un fuerte golpe. Luego gritos en árabe inundaron la casa.
Parecían muchos, quizá más de cinco o seis hombres.

DOS HORAS ANTES.

Había vuelto a quedar con Adrián. Sus grandes nalgas, unido a su insaciable apetito sexual, difícilmente me podían pasar desapercibidos. Su culo era, con diferencia, el agujerito más prieto y más tragón al que me había enfrentado.

Con gran capacidad para absorber mis 22.5 centímetros de carne, enchufarle el rabo hasta que mis pelotas rebotaran contra las suyas era una idea que me ponía el pollón duro, duro de cojones.
También, y por qué no decirlo, su insistencia, que en parte, era culpable de que fuéramos a tener un nuevo encuentro.

        — Estoy solo en casa, aunque si lo prefieres podemos follar en cualquier otro sitio. A mí me pone mucho hacerlo en lugares públicos, y si nos pillan, mejor.

Adrián era muy guarro, y todo en él se me antojaba único y peculiar. No solo tenía las nalgas más despampanantes que conocía, ni el culo más tragón que había perforado, también era el pasivo más activo, y el único que no se empalmaba con mis embestidas, ni se corría antes, ni durante, ni después del polvo, al menos no en mi presencia.

Intentaba entenderlo.

Sin embargo me había propuesto que no fuera así. Quería que su leche saliera disparada en mi presencia. Quería que su rabo, aunque corto y delgado, estuviera rígido mientras me lo follaba. Pero Adrián era mucho Adrián.

¡Y qué manera de sorprenderme tenía el niñato de culazo respingón!

        — Ya estoy en el portal—le dije mediante un mensaje de texto.
        — Sube. Me follas y te vas, ¿ok?
        — Ok.

Tampoco tenía pensado quedarme a charlar después del polvo. Al menos fue lo primero que me vino a la mente tras leer su respuesta. Lo que no sabía era que Adrián estaba preparado para ser follado sin más ánimos que recibir mi descarga de leche.

Subí por las escaleras. Adrián vivía en un segundo.

        — Hazme lo que quieres, ¿vale?—me dijo a través de otro mensaje mientras me acercaba a la puerta. Una puerta entre abierta y sin rastro de Adrián.

Esperé unos segundos antes de decidirme a entrar.

Desnudo, a cuatro patas, y con la cabeza escondida entre cojines, Adrián yacía a mi merced en medio del pasillo.

Incrédulo, cerré la puerta y eché un vistazo a mí alrededor. El pasillo terminaba en una puerta que conduciría al resto de la casa, puerta que estaba cerrada, provocando un eco distante en el pasillo.
Con algunos cuadros colgados en las paredes y un suelo oscuro que simulaba la madera, el culo blanco y lampiño de Adrián resaltaba tanto en forma como en color.

No dije nada.

Me acerqué a él con cautela, intimidado por el silencio aplastante que nos dominaba. ¿Estaría solo? Seguro que sí, pero por lo poco que lo conocía no me extrañaba que hubiese planeado un encontronazo paterno en cuestión de minutos. Quizá era ese su propósito. Que sus padres nos pillaran en medio del pasillo mientras le rompía el culo a pollazos.

Sí, podría ser que sí. De hecho no había margen para evitarlo. Si de repente llegase alguien me encontraría con mi rabo dentro de su culo. Y es que verlo a cuatros patas, sin cabeza, sin voz, sin voluntad, me puso tan cardiaco que el pollón enseguida se alzó, duro.

Me arrodillé ante su culo y aprovechando que llevaba chándal y que el rabo estaba duro lo embestí para que fuera notando lo que se le venía encima.

Adrián gimió, excitado.

Entonces agarré sus nalgotas y las estrujé, fuerte. Luego se las abrí y su prieto agujero me llevó a escupir sobre él y humedecerlo con mi dedo, pero solo superficialmente. No quería que se dilatara lo más mínimo, ni siquiera metiendo brevemente alguno de mis dedos. No, quería perforarlo directamente con mi rabo. Descubrir hasta qué punto Adrián aguantaría mis duras embestidas. Descubrir cuántos empujones me harían falta para llevar mi rabo, grande y gordo, a las profundidades más inexploradas de su culo.

No aguantaba más. La fiera amenazaba con romperme el chándal si no la dejaba salir. Cachondo, me desnudé de cintura para abajo y usé el rabo para dar pollazos en cada uno de sus nalgas.
El sonido del choque de mi rabo sobre sus nalgas se intensificaba con el eco del pasillo, provocando que no pudiera parar de golpear su culo con mi polla una y otra vez, una y otra vez.

También lo azoté con fuerza, con tanta que sus nalgas no tardaron en enrojecerse bajo los gritos ahogados de excitación de Adrián.

Abrí sus nalgas y volví a contemplar su agujero. Parecía tan cerrado y delicado que temí brevemente infringirle algún daño con mi monstruoso rabo. Sí, mi polla es grande pero al lado de ese pequeño agujero lo parecía todavía más, mucho más.

Recordé entonces al pibe de veintitantos que encontré en los baños y cuyo culo era tan estrecho que mi rabo no cupo en él por más que lo intenté. Sí, estaba bueno y su culo había sido un lugar inaccesible que por dejadez no lo había vuelto a intentar. Tenía su número y él ganas de desvirgarse con mi trozo de carne. Sí, tenía que llamarlo. Tenía que adentrarme en su agujero.

Cachondo, y volviendo al culito de Adrián coloqué mi rabo entre sus nalgas. Mi cabezón yacía a las puertas de su agujero, ahora tendría que embestirlo y adentrarme, pero no quería que nada me frenara, quería una entrada limpia y directa. Entonces agarré sus nalgas y las separé todo cuanto me fue posible. Y en cuanto su agujero se abrió un poco, aproveché para, sujetándome de sus nalgotas, embestirlo con fuerza. Primero un empujón, fuerte y seco.

Adrián gritó. El eco intensificó su grito, y la excitación me envolvió aún más.

Volví a embestirlo con otro empujón fuerte y seco, más fuerte y más seco que el anterior.
Adrián gritó, gritó más, mucho más que antes. Y mi rabo ya había entrado unos centímetros en él.

Entonces me agarré de su cintura, y como un puto poseso empecé a follármelo con fuerza, con mucha fuerza, animado a adentrarme hasta el fondo, a llegar hasta donde nadie más había llegado.

Los gritos de Adrián, una mezcla de dolor y placer con más dolor que placer me estaban encendiendo. Sus gritos eran el combustible para que mi fiera se animara a profundizar más y más en él.

Su estrechez me estrujaba el rabo como quien nada a contracorriente y para poder adentrarme primero debía salir, al menos salir unos centímetros para profundizar el doble. Y así, rápido y fuerte, me fui haciendo con su culo mientras Adrián no solo gritaba, sino que por momentos intentaba frenar mis embestidas llevando sus manos hasta mis caderas.

        — ¿No te gusta?—susurré, excitado.
        — ¡Sí, sigue!

Entonces volví a la carga perforando su culito con fuerza y velocidad. Rápido, cada vez más rápido, su agujero ya no me ponía ningún impedimento. Era mío, y podía hacer lo que quisiera con él, llegar hasta donde quisiera, y quería llegar hasta el final, hasta lo más profundo. Luego correrme y que mi leche estuviera tan adentro que no pudiera salir.

Ensimismado con la follada que le estaba pegando a su culo, con sus gritos, y con el sonido del sexo duro intensificado por el eco del pasillo, no me había dado cuenta que mis pelotas estaba rebotando contra sus pelotas, y que mi polla había llegado al límite de su culo.

Sí, había conseguido mi objetivo.

De repente paré. Saqué el pollón de su culo, y los gritos de Adrián se apagaron hasta convertirse en un profundo jadeo que no cesaba. Entonces le metí el pollón y de un solo empujón llegué de nuevo al límite de lo inexplorado.

Adrián gritó, gritó de verdad.

Excitado, me vi obligado a repetir el mismo proceso con el mismo resultado.

Y de nuevo, con el mismo ritmo rápido y fuerte, empecé a follarme su culo hasta quedarme sin aire, sin fuerzas, y sin leche.

Gritando al igual que Adrián, me corrí en las profundidades de su culo. Luego saqué el pollón, pero todavía tenía más leche que no había brotado, de modo que le introduje el rabo y volví a follármelo con fuerza hasta acabar con toda mi energía, y mi leche.

Permanecí quieto, con el rabo dentro de su culo mientras recuperaba el aliento. Luego lo saqué, me limpié con unas toallitas que había dejado preparadas a su vera, y me fui, no sin antes despedirme.

        — Llámame.
        — ¡No lo dudes!—dijo con la cabeza entre los cojines, el culo abierto, y la leche saliéndose despacio de su ancho agujero.

Acababa de descubrir lo excitante y morboso que era follarme un culo que solo fuera un culo. Llegar, descargar, e irme, había sido una grata experiencia que me apetecía repetir.

Sin embargo el día no había hecho más que empezar, y en cuanto llegué a casa escuché cómo mi móvil me avisaba de la llegada un nuevo mensaje.

        — Te recojo en una hora, frente al burgue. Khaled.
  • [message]
    • ##check## ¡ADVERTENCIA!
      • Aunque son independientes, los relatos se complementan. ¡No te pierdas ninguno!

COMENTARIOS

BLOGGER: 5
Loading...

Nombre

|RELATOS|,79,69,1,acampada,1,anonimo,1,arabe,17,ascensor,2,baños públicos,14,bareback,8,BDSM,2,Blogger,1,cacaneo,1,cibercita,1,colegas,2,coño,1,corrida,2,corrida precoz,2,corridas,5,cruising,21,culo prieto,7,David,14,desvirgando,1,discoteca gay,2,doble penetracion,4,dunas de maspalomas,2,Facebook,1,fiesta,1,follando borrachos,1,gimnasio,1,guiri,1,hetero,3,hetero con novia,2,italiano,3,jacuzzi,1,jóvenes,2,Khaled,3,lapos,1,leche,3,lefas,10,macarra,2,maestro,1,mamada,6,mamadas,6,morbazo,4,morbo,5,orgía,2,pajote,1,pajote en público,1,pajotes,2,Pillado,2,playa,1,playa nudista,3,pollón venoso,1,preñadas,15,primera vez,2,rabo venoso,7,runner,1,Samuel,4,sauna,1,secuestro,1,sexo,5,sexo anal,1,sexo duro,5,sexo entre primos,1,sexo heterosexual,3,trio,6,Twitter,1,vecino,2,virgen,1,
ltr
item
El Diario Sexual de James: Me espera desnudo y a cuatro patas
Me espera desnudo y a cuatro patas
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi65cj_BdujwbE5HSEa1royyF-0DuqfNEwqQzPWb2jwmdf_EDi9NsTl_dQktq_zmWjooTSIB3HbFj3LmmqZIWBZ4d8B0io5moaawCGEIqjXDmRBugmlDNfsURS13tGW3jmrjG09Rm88pGc/s320/desnudo1.jpg
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi65cj_BdujwbE5HSEa1royyF-0DuqfNEwqQzPWb2jwmdf_EDi9NsTl_dQktq_zmWjooTSIB3HbFj3LmmqZIWBZ4d8B0io5moaawCGEIqjXDmRBugmlDNfsURS13tGW3jmrjG09Rm88pGc/s72-c/desnudo1.jpg
El Diario Sexual de James
https://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/12/me-espera-desnudo-y-cuatro-patas.html
https://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/12/me-espera-desnudo-y-cuatro-patas.html
true
2034321977831019154
UTF-8
Cargar todas las entradas No se ha encontrado ninguna entrada VER TODO Seguir leyendo Responder Cancelar la respuesta Borrar Por Inicio PÁGINAS PUBLICACIONES Ver todo RECOMENDADO PARA TI ETIQUETA ARCHIVO BUSCAR TODAS LAS PUBLICACIONES No se ha encontrado ninguna entrada con lo que buscabas Volver al inicio Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Ene Feb Mar Abr Mayo Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ahora mismo hace 1 minuto $$1$$ minutes ago hace 1 hora $$1$$ hours ago Ayer $$1$$ days ago $$1$$ weeks ago Hace más de 5 semanas Seguidores Seguir ESTE CONTENIDO ES PREMIUM Por favor, compártelo para desbloquearlo Copiar todo el código Seleccionar todo el código Todo el código fue copiado a tu portapapeles Si no puedes copiar el código/texto, presiona [CTRL]+[C] (o CMD+C si usas Mac) para copiar