Han pasado tres meses desde que creé el blog y subí el primer relato: “ Regresé a casa después de comerme dos pollas por primera vez. Cach...
Han pasado tres meses desde que creé el blog y subí el primer relato: “Regresé a casa después de comerme dos pollas por primera vez. Cachondo, tuve que pajearme con el recuerdo” Y no, nunca imaginé que sería el principio de una increíble aventura que me llevaría a estar escribiendo este post hoy, con más de cincuenta mil visitas.
Desconocidos que esperan cada día un nuevo relato, desconocidos que en realidad, ya no lo son tanto. A muchos los conozco por sus nicks, y a otros, incluso, por su forma de escribir aunque se apoden como anónimos. Y muchos más, que a pesar de no comentar públicamente en el blog, lo hacen por mensajes privados a través de Twitter y Facebook.
¡Somos una gran familia!
Y no tengo palabras para expresar realmente lo qué me hacen sentir vuestros comentarios, vuestras visitas, vuestras preguntas, en definitiva, vuestra presencia.
España, México, Argentina, Colombia, Venezuela, Reino Unido, Irlanda, Panamá, Estados Unidos, Francia, Portugal, Costa Rica, Perú, Marruecos, Egipto, Israel, Hong Kong… ¡Y la lista sigue!
¿Traducirán los relatos? ¿Serán hispanohablantes afincados en el extranjero?
¡Estoy flipando, señores! ¡Flipando!
Me resulta tan fascinante que a veces me cuesta creer que esté pasando de verdad. En serio, es increíble.
Gracias, muchas gracias.
Cuando empecé, lo hice pensando en contar mis experiencias sexuales. Pero al final, entre una cosa y otra, he acabado contando aspectos difíciles de mi vida. Y no, no me arrepiento, me está resultando terapéutico y liberador, observar con distancia hechos que en su momento me perturbaron.
He de advertir que se avecinan curvas, bueno, más que curvas, podríamos estar hablando de una carretera larga y peligrosa en zigzag recorrida a una velocidad media de 200 km/h. No sé a dónde nos llevará, señores, pero me apetece descubrirlo con vosotros, con todos vosotros más todos los que se vayan uniendo por el camino.
Gracias también a todos los que recomiendan el blog a sus amigos y conocidos (por cierto, si tú no lo has hecho todavía, ¿a qué esperas? ¡Es gratis!) Porque gracias a eso estamos creciendo día a día, y es una fuente importante de motivación que me permite compaginar mi trabajo y mi vida con el blog.
Gracias, cincuenta mil gracias a todos. Gracias por estar ahí, por sacarme una sonrisa con vuestros comentarios, por hacerme sentir que formamos un pequeño gran grupo dentro de la inmensidad de Internet. Gracias por vuestras visitas, y gracias por vuestros pajotes a mi salud, ¡me encantan!
¡Sois los putos amos!
James.
¡Cincuenta mil!
Desconocidos que esperan cada día un nuevo relato, desconocidos que en realidad, ya no lo son tanto. A muchos los conozco por sus nicks, y a otros, incluso, por su forma de escribir aunque se apoden como anónimos. Y muchos más, que a pesar de no comentar públicamente en el blog, lo hacen por mensajes privados a través de Twitter y Facebook.
¡Somos una gran familia!
Y no tengo palabras para expresar realmente lo qué me hacen sentir vuestros comentarios, vuestras visitas, vuestras preguntas, en definitiva, vuestra presencia.
España, México, Argentina, Colombia, Venezuela, Reino Unido, Irlanda, Panamá, Estados Unidos, Francia, Portugal, Costa Rica, Perú, Marruecos, Egipto, Israel, Hong Kong… ¡Y la lista sigue!
¿Traducirán los relatos? ¿Serán hispanohablantes afincados en el extranjero?
¡Estoy flipando, señores! ¡Flipando!
Me resulta tan fascinante que a veces me cuesta creer que esté pasando de verdad. En serio, es increíble.
Gracias, muchas gracias.
Cuando empecé, lo hice pensando en contar mis experiencias sexuales. Pero al final, entre una cosa y otra, he acabado contando aspectos difíciles de mi vida. Y no, no me arrepiento, me está resultando terapéutico y liberador, observar con distancia hechos que en su momento me perturbaron.
He de advertir que se avecinan curvas, bueno, más que curvas, podríamos estar hablando de una carretera larga y peligrosa en zigzag recorrida a una velocidad media de 200 km/h. No sé a dónde nos llevará, señores, pero me apetece descubrirlo con vosotros, con todos vosotros más todos los que se vayan uniendo por el camino.
Gracias también a todos los que recomiendan el blog a sus amigos y conocidos (por cierto, si tú no lo has hecho todavía, ¿a qué esperas? ¡Es gratis!) Porque gracias a eso estamos creciendo día a día, y es una fuente importante de motivación que me permite compaginar mi trabajo y mi vida con el blog.
Gracias, cincuenta mil gracias a todos. Gracias por estar ahí, por sacarme una sonrisa con vuestros comentarios, por hacerme sentir que formamos un pequeño gran grupo dentro de la inmensidad de Internet. Gracias por vuestras visitas, y gracias por vuestros pajotes a mi salud, ¡me encantan!
¡Sois los putos amos!
James.
- [message]
- ##check## ¡ADVERTENCIA!
- Aunque son independientes, los relatos se complementan. ¡No te pierdas ninguno!
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